viernes, 31 de julio de 2020

¿Es posible una nueva educación?



La coyuntura en salud por la emergencia sanitaria a causa del COVID -  19 en el mundo, ha generado una diversidad de cambios que no se encontraban en el inimaginable de alguna persona, sin embargo, esta situación de crisis y catástrofe que inevitablemente tenemos que vivir, se convierte es un tiempo de oportunidades, de reinventarse y provocar escenarios distintos de aprendizaje y enseñanza a través de nuestra disponibilidad al cambio, a utilizar las herramientas de la creatividad y la innovación como elementos fundamentales de transformación social y educativa.

En ese sentido, pensar en una educación emergente no es descabellado, y nuestra misión es generar este cambio a través de la reflexión y la experiencia histórica que nos lleva a contraponer ideas y propuestas, entre ellas quedan claras tres fundamentales y esenciales en el marco de estos cambios paradigmáticos: a) la propuesta de un modelo educativo integral con elementos tecnológicos y de vanguardia educativa con base en procesos formativos indagatorios y articulados, b) el desarrollo de un currículo vinculante y flexible en sus niveles como también contextual a los procesos formativos de entornos virtuales bajo cualquier modalidad, apoyados de una normativa consensuada y enmarcada en los procesos administrativos y académicos pertinentes y c) la formación de educadores permanente y continua.

La formación de educadores debe estar acompañada de un plan de capacitación apoyado por políticas públicas educativas que permitan el acceso y la disponibilidad a escenarios formativos de calidad y a un costo razonable, pero al mismo tiempo la necesidad de apertura y disponibilidad de los educadores al cambio, en el sentido de que las transformaciones paradigmáticas de la educación se encuentran en un ritmo acelerado y que necesariamente nos exige subirnos a bordo, caso contrario, nos encontraremos en un camino nuevamente tradicional y desactualizado.

En ese sentido, Bolivia tiene la oportunidad de generar un cambio en su educación a través de la reflexión, la responsabilidad de las funciones administrativas o representativas gubernamentales, sindicales y organizacionales por medio de la proposición activa que represente una auténtica transformación educativa, siendo un llamado a la sinergia social, al desinterés político en el marco de la convergencia de ideales, pensamientos y acciones asertivas vinculadas a nuestra vocación innata de hacer educación.