jueves, 3 de septiembre de 2020

Reinventarse en tiempos de asistencialismo estatal

Fuente: https://images.app.goo.gl/Jtiva9MVHhzp6NWx9

En los diferentes grupos de las redes sociales que se dedican a compartir experiencias de tipo educativo, han permitido visualizar diferentes experiencias de educadores que están utilizando recursos, herramientas y equipos digitales que permite promover educación en modalidad virtual, inclusive algunos han generado espacios de grabación, de educación en sus hogares con el ánimo de continuar con su trabajo comprometido a través del acceso y creatividad que con seguridad se ha generado investigando en cómo hacerlo.

Una de las observaciones que se hacen en los comentarios en varias de estas experiencias compartidas es “que no todos tienen acceso a las herramientas y los equipos para hacer educación virtual”, inclusive en algunos casos consideran que es discriminatorio el no poder utilizar estos recursos por la imposibilidad de acceso, es indudable que no todos tienen las mismas oportunidades y que a la vez no todos han logrado afrontar este tiempo coyuntural educativo a consecuencia de la pandemia por el coronavirus de una forma asertiva.

Las decisiones del gobierno han brindado un escenario de oportunidades de formación paliativas en la accesibilidad por los costos, la capacidad presupuestaria y de gestión para poder generar una implementación técnica y tecnológica de espacios virtuales dentro el sistema educativo que permitan generar procesos formativos en modalidad virtual, criticados con justa razón por la clausura del año escolar como una solución política y sin una reflexión de las consecuencias hacia los procesos educativos del 2020.

Sin embargo, alejado de este contexto, el propósito de la reflexión del día de hoy se puntualiza en los comportamientos de los educadores que han afrontado este tiempo complejo con una mentalidad progresista y proyectada a la tendencia educativa del futuro que es la virtual, una situación que me recuerda a un mensaje pertinente del entonces presidente de Estados Unidos Jhon F. Kennedy quien hizo referencia a una afirmación interesante: “No preguntes lo que tu país puede hacer por ti; pregunta lo que tú puedes hacer por tu país.

Una frase interesante que cae como anillo al dedo en este momento ya que nos permite reflexionar en la actitud asistencial que se ha promovido por los gobiernos de turno a través de la entrega de bonos o beneficios que no son más que una compra de conciencias y libertades, pero al mismo tiempo una forma de adormecimiento actitudinal, en muchos casos y de inflación de indicadores o resultados de políticas públicas que no refieren la calidad de la educación en Bolivia, en contra parte, existen profesionales y personas de diferentes rubros que se han permitido una renovación, una reinvención de sus seres como personas, como profesionales y  ciudadanos que a través de la curiosidad, la innovación y el emprendimiento han fortalecido sus competencias digitales que son un desafío del educador del siglo XXI.

En ese marco, ciertamente hay razones por las cuales las oportunidades y la accesibilidad a herramientas, recursos y equipos para generar educación virtual es limitante y provoca un incremento de las brechas digitales, pero no es una excusa para dar el paso a un cambio proyectado al futuro educativo, en ese sentido, es importante tomar conciencia, pero más aún tomar acciones que permitan esa renovación, esa actitud de reinventarse en la adversidad y acercarse a un inminente cambio educativo que con seguridad a mediano o largo plazo según muchos factores del país pueda hacerse real, me sumo a la frase de Kennedy a reflexionar sobre lo que el país haga algo por mí, es tiempo de que nosotros desde nuestras capacidades, habilidades incluso limitaciones hagamos algo por él.