Hace un par de años atrás personajes reconocidos como Dolores Reig y Manuel Castell entre otros, trataron el uso de la tecnología y las redes sociales aplicadas a la educación, que dio como denominación a las Tecnologías de Empoderamiento y Participación (TEP), que implica la aplicación de las redes sociales como recursos de enseñanza y aprendizaje, aplicaciones como YouTube, Facebook, Tik Tok o blogs personales nos permiten un mayor alcance y promueve la participación.
En la actualidad avances en la robótica, la inteligencia artificial o la realidad aumentada se han convertido en escenarios de innovación y aprendizaje, no es extraño que experiencias educativas posibilitarán la implementación de estos recursos como parte de los medios para desarrollar contenidos en distintos niveles educativo, sin embargo, el análisis central va más allá de la evolución de los recursos educativos y las herramientas virtuales, se centra en el contexto del rol del educador frente a la aplicación de los recursos educativos virtuales y/o digitales que no son ajenos a los estudiantes o aprendices, y que dinamizan los procesos formativos.
Las herramientas tecnológicas son recursos mediadores del proceso de enseñanza o de aprendizaje pero no reemplazan el enfoque o el sustento de la actividad pedagógica, cada educador debe reconocer su rol y la decisión de su utilidad a partir de como afronta este proceso, es preciso entonces reflexionar en que dimensión a medida que generamos un cambio didáctico.