Según la Real Academia Española, el término “talento” hace referencia a una persona inteligente o apta para una determinada ocupación, lo asociamos a la capacidad o habilidad que es posible incremente y consolide a través de la práctica, desde una perspectiva espiritual lo consideramos como un don que está al servicio del prójimo, y también es posible entenderlo como la herencia genética de nuestros progenitores.
Este tiempo de pandemia ha generado una serie de
problemas y dificultades colaterales al contagio de la enfermedad del
coronavirus y por el momento esta situación no va a detenerse, lo que conlleva a que las
personas afectadas en sus ingresos económicos tengan que reinventarse a través
de diferentes emprendimientos de actividades que les permita sobrevivir valiéndose
de aquellos talentos o aprendizajes que han logrado concretar como una
habilidad.
Sin embargo, muchos otros talentos no pueden utilizarse
de forma lucrativa, la pandemia por el coronavirus nos está exigiendo sacar lo
mejor de nosotros en un momento muy duro para la humanidad, en este escenario, es
una necesidad ponernos al servicio de nuestra sociedad en toda la diversidad
que imaginemos, este tipo de acciones, permite que se pueda canalizar nuestras
emociones y sentimientos con el propósito de incrementar calidad de vida y de
servicio dentro y fuera de nuestros hogares.
En el sistema educativo nos educan para poder obtener
un título, una profesión, pero no para descubrir nuestra vocación o para
perseguir nuestros sueños y nos concentramos en la ansiada seguridad de vida
considerando que los bienes materiales y el dinero podrán ser parte absoluta de
nuestro bienestar, en este contexto, ¿Qué es lo que debo hacer con mis talentos?,
lo primero que se debe considerar es
tener una actitud de descubrimiento, de indagación sobre las capacidades y
habilidades que son posibles desarrollar, que nos apasionan y hacen que el
tiempo siga su curso sin preocupaciones. Un segundo aspecto es la dedicación para desarrollar los talentos
descubiertos y en ese marco es importante el sacrificio, el esfuerzo y la disciplina
para que se conviertan en capacidades y habilidades consolidadas.
Un tercer
aspecto es practicar para generar un dominio de las capacidades que nos
conviertan en expertos, lo que nos posibilite como un último aspecto a considerar es compartir los talentos con los demás,
que se conviertan en un servicio hacia la comunidad como una de las
competencias del siglo XXI.
Es indudable que tenemos debilidades e incapacidades
que no nos permiten desarrollar ciertos talentos o que nos distraen para poder
consolidarlos, sin embargo, es necesario enfocarse en lo que estamos
desarrollando sin pensar en el tiempo y estar atento a estas actividades o
habilidades que nos entusiasman y emocionan haciendo que el tiempo pase sin
sentirlo, que te hace valorarlo más y que puedes defenderlo con toda la
actitud.
Es un tiempo de oportunidades y opciones en un
escenario de incertidumbre y dolor, un tiempo de cultivar nuestros talentos a
través de considerar el propósito de servir al prójimo y estar disponible a la
sociedad. Son tiempos en los que la vida es apreciada y significativa, pues
estamos expuestos a perderla o que alguno de nuestros seres queridos la
pierdan, por tal razón, nuestros cuidados deben ser extremos, pero al mismo
tiempo responsables sin perder la fe y la confianza que esto va a pasar.
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