“Desde que contraje el virus, la culpa se ha convertido en
una carga en estos días, por el temor de contagiar a los que amo y perderlos pero también porque es posible que pueda morir”.
Es uno de los posibles pensamientos que los enfermos de COVID han
llegado a generar por las características de la enfermedad, la ansiedad y el temor a la muerte, discutible
por diferentes razones: las características individuales de cada uno de
nosotros, la actitud con la que confrontamos esta situación, el nivel o etapa
de la enfermedad que se padece, lo que puede contrarrestar este escenario de
contagio.
Las redes sociales, los noticieros, las falsas noticias o
el amarillismo informativo, han generado una carga
emocional negativa a nivel social llevándonos a un escenario de incertidumbre, de desesperanza y de
miedo, esta situación cuando estas infectado disminuye las defensas del sistema
inmunológico porque mentalmente los pensamientos e ideas recurrentes se
convierten en negativas, más aún cuando tienes conocimiento de la muerte de
personas que haz conocido entre amistades y familiares, un escenario en cierto
modo muy difícil de sobrellevar.
¿Qué sucede con nosotros al vivir esta enfermedad?, una de las situaciones que aparece es la culpa, de haber
contraído la enfermedad o la posibilidad de contagiar a un familiar lo que
conlleva en ocasiones momentos de estrés y nerviosismo, otra situación es estar
en el encierro y la rutina de los malestares, cautivo en un lugar que fortalece
las ideas de culpa y que mantiene un momento de estrés, el no poder tener una
respuesta inmediata para poder sanarte al carecer de una vacuna y estar a
merced de tratamientos paliativos convierte un escenario complejo.
Sin embargo, no podemos quedarnos sin hacer nada, ¿Qué es posible hacer?, mucho depende
del estado en el que nos encontremos y el nivel de enfermedad al se ha llegado, una de las formas de afrontar esta enfermedad es mantenerse ocupado, a
pesar de estar aislado es importante sentirse útil, crear actividades que permitan
enfocarse en algo productivo y recreativo, no todos podemos estar en esta
situación, por tal razón, la familia juega un papel fundamental en esta
situación.
El acompañamiento y la forma de atención a un enfermo de
COVID es fundamental no solamente por el grado sintomatológico físico en el
cual nos encontremos, sino en la atención emocional que brinde un escenario de
calidad de vida, es posible que sean sus últimos días y esto es difícil de asumir,
pero también es posible que se convierta en un recuerdo y un aprendizaje a
través de este tipo de situaciones, por esta razón, la familia a través de las
palabras de motivación y de amor, de fortaleza y de fe son el medicamento del
alma que un enfermo necesita.
Es importante también considerar a quien no padece la
enfermedad y se convierte en él que atiende a su familiar, su carga emocional a
momentos esta llena de estrés por la preocupación del incremento de la
enfermedad, el dinero que es necesario para comprar la medicación y la falta de
insumos y equipos para atender a la persona enferma, por tal razón, también son
personas a las que se debe atender y considerar porque se encuentran en el
mismo escenario de desesperanza, pero del otro lado.
Es indudable que las palabras que brindemos en estos
momentos tengan que ser asertivas y de confianza, de esperanza y de buena fe,
que implique nuestra corresponsabilidad social si vamos a utilizar las redes
sociales y ser empáticos con las situaciones extremas en las cuales estamos
viviendo, no hay duda de que esto va a pasar y quizá el costo sea alto, pero la
vida continua y ese pensamiento debe ser nuestro nuevo amanecer.
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