martes, 1 de diciembre de 2020

El desinterés del aprendizaje del estudiante también en lo virtual

 


Hoy en día se ve todo en las redes sociales, eso depende de los filtros que generes en tus cuentas para no vulnerar tu privacidad y revisar lo que es de tu agrado, siendo un medio de información y centrándonos en el tema educativo, en algunos casos se advierte testimonios de profesores algunos con lágrimas en los ojos manifestando su malestar porque sus estudiantes no son conscientes del esfuerzo que se genera al promover la educación en modalidad virtual dando como consecuencia un escenario incómodo y poco interesante en las aulas virtuales.

Con seguridad, que la mayoría de los profesores ha puesto su mayor empeño para que las clases continúen en función de su vocación y responsabilidad, sin embargo, eso no es un tema que represente motivación al estudiante adolescente o niño que no refleja entusiasmo o motivación para aprender y la pregunta es ¿Por qué no tienen interés en aprender a pesar de las facilidades que ahora se ostentan?, de pronto, consideramos que los niños y adolescentes se encuentran estresados por el año caótico que se ha generado, quizá ya no es interesante porque todos han aprobado el curso sin mayor esfuerzo y por instrucción del gobierno de turno o simplemente no encuentran en su educación respuestas que les ayude en su cotidiano vivir.

Sin embargo, es necesario reconocer que para los profesores hacer educación virtual es algo nuevo y que de alguna forma, la espontaneidad o intuición han permitido que se genere procesos formativos sin antes reconocer el propósito y las características fundamentales de la modalidad, al mismo tiempo reconocer las competencias didácticas diferenciadas a la formación en aula, las clases maratónicas que se generaban a través de un computador en las que estudiantes estaban sentados sometidos durante horas escuchando una explicación que quizá en algún video de YouTube podría ser más fácil de comprender, la rutina de entregar tareas tradicionales que se solicitan con una evidencia digital que implica simplemente sacar la fotografía como respaldo de haber cumplido el deber escolar, pero ¿Qué otra forma de saber que trabajaron podíamos solicitar? será la pregunta causal de los maestros ya que no todos ellos cuentan con los dispositivos o computadoras y el acceso ilimitado al internet.

Se me ocurre entonces que no es tan responsable de su aprendizaje el estudiante, del interés y la motivación hacia su educación, es verdad que se considera que se promueva la conciencia y se fortalezca la responsabilidad en este escenario, pero también es importante brindar las herramientas y los motivos para que se cumplan, por tal razón, es comprensible que el estudiante no motive su aprendizaje ya que no encuentra caminos didácticos que implique interés educativo, al contrario justificativos para su mínimo desempeño y rutinario comportamiento del tedio a la educación virtual, mucho tiene que ver el Estado al no proporcionar los diferentes requerimientos que se necesitan para hacer educación virtual.

En ese sentido, es importante considerar que los procesos formativos que se generen en los entornos virtuales de aprendizaje se integren también estrategias didácticas que involucre al estudiante, que se adecue a su contexto y que le permita preguntarse más sobre el cause del aprendizaje, la era digital ha traído consigo una característica favorable y a la vez una desventaja para el comportamiento humano y es el acceso a la información instantánea, inmediata, que si bien nos permite tener respuestas en el momento para poder encaminar nuestras actividades con mayor eficiencia y eficacia, también ha generado un comportamiento del mínimo esfuerzo, de la apropiación de conocimiento ajeno que consecuentemente nuestra experiencia mental asume que otras actividades no relacionadas al internet tengan que tener las mismas características.

Me permito decir, que es un escenario bastante retador para un educador, el implementar estrategias formativas didácticas que se adapten con la tecnología, el protagonismo activo del estudiante y el rol del educador como un guía de este camino del aprendizaje en función también de un cambio de comportamiento, evitar trasladar nuestras clases magistrales a una clase virtual de 2  a 3 horas y motivar a que el estudiante sea el que propicie su conocimiento a través de la investigación, el descubrimiento y el fortalecimiento de sus competencias digitales para su vida profesional como personal.

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