Hoy en día se ve todo en las redes sociales, eso depende de los
filtros que generes en tus cuentas para no vulnerar tu privacidad y revisar lo
que es de tu agrado, siendo un medio de información y centrándonos en el tema
educativo, en algunos casos se advierte testimonios de profesores algunos con
lágrimas en los ojos manifestando su malestar porque sus estudiantes no son conscientes
del esfuerzo que se genera al promover la educación en modalidad virtual dando
como consecuencia un escenario incómodo y poco interesante en las aulas
virtuales.
Con seguridad, que la mayoría de los profesores ha puesto su mayor empeño para
que las clases continúen en función de su vocación y responsabilidad, sin
embargo, eso no es un tema que represente motivación al estudiante adolescente
o niño que no refleja entusiasmo o motivación para aprender y la pregunta es ¿Por
qué no tienen interés en aprender a pesar de las facilidades que ahora se
ostentan?, de pronto, consideramos que los niños y adolescentes se encuentran
estresados por el año caótico que se ha generado, quizá ya no es interesante
porque todos han aprobado el curso sin mayor esfuerzo y por instrucción del
gobierno de turno o simplemente no encuentran en su educación respuestas que
les ayude en su cotidiano vivir.
Sin embargo, es necesario reconocer que para los profesores hacer educación
virtual es algo nuevo y que de alguna forma, la espontaneidad o intuición han
permitido que se genere procesos formativos sin antes reconocer el propósito y las
características fundamentales de la modalidad, al mismo tiempo reconocer las
competencias didácticas diferenciadas a la formación en aula, las clases
maratónicas que se generaban a través de un computador en las que estudiantes
estaban sentados sometidos durante horas escuchando una explicación que quizá
en algún video de YouTube podría ser más fácil de comprender, la rutina de entregar
tareas tradicionales que se solicitan con una evidencia digital que implica
simplemente sacar la fotografía como respaldo de haber cumplido el deber
escolar, pero ¿Qué otra forma de saber que trabajaron podíamos solicitar? será la
pregunta causal de los maestros ya que no todos ellos cuentan con los dispositivos o
computadoras y el acceso ilimitado al internet.
Se me ocurre entonces que no es tan responsable de su aprendizaje el
estudiante, del interés y la motivación hacia su educación, es verdad que se
considera que se promueva la conciencia y se fortalezca la responsabilidad en
este escenario, pero también es importante brindar las herramientas y los
motivos para que se cumplan, por tal razón, es comprensible que el estudiante
no motive su aprendizaje ya que no encuentra caminos didácticos que
implique interés educativo, al contrario justificativos para su mínimo
desempeño y rutinario comportamiento del tedio a la educación virtual, mucho
tiene que ver el Estado al no proporcionar los diferentes requerimientos que se
necesitan para hacer educación virtual.
En ese sentido, es importante considerar que los procesos formativos que se
generen en los entornos virtuales de aprendizaje se integren también
estrategias didácticas que involucre al estudiante, que se adecue a su contexto
y que le permita preguntarse más sobre el cause del aprendizaje, la era digital
ha traído consigo una característica favorable y a la vez una desventaja para
el comportamiento humano y es el acceso a la información instantánea, inmediata, que si bien nos permite tener respuestas en el momento para poder encaminar
nuestras actividades con mayor eficiencia y eficacia, también ha generado un
comportamiento del mínimo esfuerzo, de la apropiación de conocimiento ajeno que
consecuentemente nuestra experiencia mental asume que otras actividades no relacionadas
al internet tengan que tener las mismas características.
Me permito decir, que es un escenario bastante retador para un educador, el
implementar estrategias formativas didácticas que se adapten con la tecnología, el
protagonismo activo del estudiante y el rol del educador como un guía de este
camino del aprendizaje en función también de un cambio de comportamiento,
evitar trasladar nuestras clases magistrales a una clase virtual de 2 a 3 horas y motivar a
que el estudiante sea el que propicie su conocimiento a través de la
investigación, el descubrimiento y el fortalecimiento de sus competencias digitales
para su vida profesional como personal.